El pasado diciembre el Doctor Borja Faus Valero, hijo del Doctor Vicente Faus Badía, presentó su tesis doctoral sobre la Anatomía Cuantitativa del ángulo mandibular.
El ángulo goníaco o mandibular es el ángulo de la mandíbula formado entre la línea de la rama y la línea mandibular según se ve desde la cara lateral de la mandíbula.
Uno de los aspectos más controvertidos en la actualidad es la posibilidad de que los sujetos contemporáneos presenten valores mayores en comparación con sujetos pasados. Esto es debido a la dieta moderna, compuesta de alimentos procesados más blandos, en comparación con la dieta preindustrial no procesada, que requería una actividad masticatoria más vigorosa, o debido a la teoría de la autodomesticación.
Para testar si se ha producido un aumento de los valores del ángulo mandibular durante los últimos 5000 años se ha desarrollado un estudio prospectivo transversal descriptivo sobre mandíbulas provenientes de esqueletos calcolíticos, medievales y contemporáneos:
El total de mandíbulas esqueléticas analizadas en las tres muestras ascendió a 263 (100%) de las que 48 (18.6%) fueron calcolíticas, 69 (26.2%) medievales y 146 (55.5%) contemporáneas.
Del total de mandíbulas estudiadas 126 (47.9%) pertenecían a mujeres y 137 (52.1%) hombres. De este modo, el total de ángulos goníacos estudiados ascendió a 526 (100%): 96 (18.6%) de ellos fueron de sujetos del período calcolítico, 138 (26.2%) medievales y 292 (55.5%) contemporáneos.
Las comparaciones múltiples mediante la prueba de Tukey mostraron que:
Los valores de los ángulos goníacos de la muestra del siglo XX eran 3.6º mayores que los ángulos de la muestra Medieval (p<0.001; IC 95% 2.6-4.9), y 3.7º mayores que los ángulos de la Muestra Calcolítica (p<0.001; IC 95% 2.2-5.2), mientras que no se observaron diferencias significativas entre los valores de los ángulos de la Muestra calcolítica y Medieval.
Los resultados parecen haber detectado la gracilización de la mandíbula contemporánea que podría estar vinculada con la hipótesis de la autodomesticación de la evolución humana, que se asocia con la tendencia a poseer facies más gráciles y con características externas menos agresivas.
Sin embargo, la hipótesis de autodomesticación se superpone en el tiempo con la aparición de la cocción de alimentos y la dieta más blanda.
Esto último en sí puede justificar la gracilización facial sin recurrir a la hipótesis de la autodomesticación, puesto que el procesamiento de alimentos implica que los músculos temporales y maseteros apliquen menos fuerza durante la mordida. Siendo este motivo una posible explicación para la observación de los actuales valores más elevados del ángulo goníaco, debido a la relación entre la fuerza ejercida durante la masticación y la deformación esquelética craneal durante la mordida.
En conclusión, la Tesis Doctoral sugiere que las mandíbulas actuales presentan ángulos goníacos más largos que las mandíbulas medievales y calcolíticas, que unido a la ausencia de diferencias entre los calcolíticos y medievales, parece indicar que el patrón de gracilización mandibular y facial se está acelerando en los últimos siglos.